La comunicación, pilar fundamental de un proyecto
Hace varios años atrás, participé en la dirección de un proyecto independiente de tres actores. (Nota: nací en el circuito independiente, soy del circuito independiente, y a menos que algo suceda en esta vida…. Moriré dentro del circuito independiente). Y algo que siempre me divertía de los encuentros, era cuando uno de los actores llamaba a “Penseque” (como si fuera un personaje más) como catalizador de los malos entendidos: "Pensé que la plata para la producción la ponía el productor", "Pensé que todos podían ensayar los domingos", "Pensé que ella se encargaba del vestuario".
El mundo del teatro independiente es un espacio de creatividad, donde las ideas fluyen libremente (a veces caóticamente) y las pasiones se desatan en cada ensayo y función. Sin embargo, también es un terreno fértil para los malentendidos, esas situaciones donde lo que se dijo o se entendió no siempre coincide con la realidad.
A estos malentendidos, durante el intento de montaje de una obra teatral, aprendí a llamarlos "pensequés", porque suelen iniciar con la fatídica frase: "Pensé qué..."
En una compañía teatral del circuito independiente, donde los roles muchas veces se entrelazan y las líneas entre responsabilidades se difuminan, los "pensequés" son casi inevitables. Veamos algunos de los malentendidos más comunes que pueden surgir y cómo afectan a todos los involucrados.
PENSEQUE: una filosofía muy interesante
Caso 1: ¿Cómo? ¿Tengo que poner plata?
Uno de los malentendidos más frecuentes gira en torno al tema del financiamiento. Es común escuchar frases como: "Pensé que el dinero para la producción la ponía el productor". Este "pensequé" puede derivar en tensiones y frustraciones, especialmente cuando el productor, que muchas veces también es parte del elenco o un amigo de la compañía, no cuenta con los recursos necesarios para cubrir todos los gastos.
En el teatro independiente, es vital que todos tengan claro desde el principio de dónde vendrán los fondos. Ya sea a través de subsidios, crowdfunding, o aportes personales, la claridad en este aspecto evita malos entendidos que pueden afectar la armonía del grupo.
Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia...
Caso 4: ¿Me estás diciendo en serio?
Otro "pensequé" clásico es: "Pensé que ella se encargaba del vestuario". En muchas compañías pequeñas, los miembros suelen asumir múltiples roles, lo que puede llevar a confusiones sobre quién es responsable de qué. Cuando no se establecen claramente las tareas desde el inicio, es fácil que surjan malentendidos que pueden poner en riesgo la calidad de la producción.
La solución está en la comunicación abierta y constante. Establecer roles claros y documentar quién se encarga de cada aspecto de la producción puede parecer innecesario al principio, pero es fundamental para evitar los "pensequés" que pueden retrasar o incluso sabotear un proyecto.
Caso 2: ¿Qué? ¿Desde cuándo me encargo yo?
La flexibilidad es una característica distintiva del teatro independiente, pero también puede ser fuente de malentendidos. Frases como "Pensé que todos podían ensayar los domingos" o "Pensé que este proyecto tenía prioridad para todos" son comunes. La realidad es que, al no ser una actividad principal para muchos, los compromisos y la disponibilidad pueden variar.
Para evitar este tipo de "pensequés", es crucial que el equipo hable abiertamente sobre sus compromisos y limitaciones desde el inicio. Establecer un cronograma realista y asegurarse de que todos/as estén en la misma página en cuanto a prioridades ayudará a mantener el proyecto en marcha sin resentimientos.
Caso 3: ¡Pero bancá! Que ese día no puedo…
Finalmente, uno de los "pensequés" más peligrosos es aquel que nace de la falta de comunicación. "Pensé que ya lo sabías", "Pensé que te lo había dicho" o "Pensé que no era necesario aclararlo" son frases que pueden causar malentendidos difíciles de resolver. En un entorno donde la confianza es fundamental, asumir que los demás saben lo que uno está pensando puede llevar a conflictos innecesarios.
En este caso, la solución es sencilla pero poderosa: comunicar, comunicar y comunicar. Nunca está de más aclarar detalles, confirmar información o simplemente preguntar si todos están alineados. En el teatro, como en la vida, dar por sentado las cosas puede ser el origen de muchos problemas.
Los "pensequés" ¿son parte inevitable de la vida en una compañía teatral del circuito independiente? En mi experiencia, en un %99 de las veces que participé de un proyecto apareció este personaje. Sin embargo, con una buena comunicación, claridad en las responsabilidades y una planificación cuidadosa, es posible minimizarlos y crear un ambiente de trabajo más armonioso y productivo. Después de todo, en el teatro, como en cualquier otro ámbito creativo, la colaboración y el entendimiento mutuo son la clave para llegar a buen puerto.
¿Qué "pensequés" viviste en tu experiencia teatral?